Este edificio medieval, ubicado en el corazón de Siracusa (isla de Ortigia), se ha transformado en un hotel confortable, a pocos metros del mar.Impresionante trabajo en piedra, los espectaculares arcos, techos con vigas de madera y camas con dosel contribuyen a este ambiente romántico. Modernas se reducen al mínimo para preservar la integridad del edificio.Hay salas de reuniones y banquetes que pueden acomodar hasta 150 personas. En el palacio, se puede visitar la antigua Miqwè (baño ritual judío) en Europa, que se remonta a la época bizantina. Visitas guiadas están también disponib